En 1506 nació Francisco Jaso y
Azpilicueta, llamado Francisco de Javier, por el castillo navarro
donde vivían sus padres.
Había estudiado en la Universidad de
París donde había coincidido con Loyola. Al principio había
chocado con éste, pero la muerte de una hermana lo sumió en una
crisis anímica que trasmutó en su vocación religiosa. Jesuita de
primera hora, fue ordenado sacerdote en 1537. No quería puestos
burocráticos por lo que salió de España en calidad de nuncio
apostólico, partió para la India requerido como misionero por
Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, a petición
del Papa Paulo III y del rey de Portugal Juan III. Tenía 35 años,
edad poco apropiada para la aventura viajera si tenemos en cuenta la
corta esperanza de vida de la época. Tardó un año en recorrer la
distancia entre Lisboa y Goa, capital de los territorios portugueses
en el subcontinente asiático.
Entre 1542 y 1547, recorrió la costa
de Comorín, Ceilán (actual Sri Lanka), Malaca y las islas Ambón y
Morocai de las Molucas, para regresar de nuevo a Malaca y de allí
saltar a la India por la costa de Pesquería, hasta llegar otra vez a
Goa y Cochín.
Francisco Javier, intrigado por las
noticias de un país desconocido pero con un alto nivel de
civilización, se dispuso a dar el salto. Ni corto ni perezoso se
subió a un sampán pirata que lo llevó hasta tierras niponas. Una
vez allí, recorrió Kagoshima, Satsuma, la isla de Hirado y
Yamaguchi. Instruyó en el cristianismo a los señores feudales
(daimios). Admitió que si los paganos estaban abiertos al bien, eran
fieles a su Dios y vivían conformes a la naturaleza, podrían lograr
la gracia de la salvación eterna. Ideas muy innovadores y no exentas
de fuertes críticas para la mentalidad cristiana de la época.
Recordemos que Lutero clavó las 95 tesis en Wittenberg en el año
1517, y la que se lió.
En 1551 emprendió un nuevo viaje, esta
vez a la China, pero murió en 1552 a las puertas del celeste
imperio. Aún no había cumplido los 46 años.
Políglota y carismático, siempre
ansioso de conocer, fue muy popular entre los habitantes autóctonos.
Formó en la India catequistas laicos casados y llegó a redactar
instrucciones para la oración, tanto para adultos como para niños.
Casi 30.000 personas fueron bautizadas por sus manos en sus viajes.
Sus restos son venerados en Goa, donde
fueron trasladados por orden de Ignacio de Loyola, que supo de su
muerte años después de que ocurriera.
Fue beatificado en 1619 y canonizado en
1622.
Para saber más:
http://dpto.educacion.navarra.es/elmundodejavier/
Buenas tardes,
ResponderEliminaren primer lugar me gustaría dar las gracias pues el blog me parece de gran utilidad. Llevo varios días paseando por la sección de viajeros con sus respectivos mapas y estoy maravillada con semejantes periplos. Me preguntaba, pues debo hacer algo similar, si me sería posible diseñar mapas iguales a los que exponéis aquí, pues me es necesario configurar diversas rutas con un mismo formato. En ese caso estaría agradecida si me indicaseis cómo.
Muchas gracias de antemano y enhorabuena de nuevo