La guerra de Sucesión había terminado técnicamente el 11 de abril de 1713 con la firma de la Paz de Utrecht. El Duque de Anjou era reconocido como Rey de España y las Américas por las distintas potencias europeas. Estaba en el momento de mayor gloria personal.
Pasan algo menos de 8 años.
En el año 1721 el duque de Saint-Simon visitó España y registraba en sus memorias la transformación sufrida por el rey Felipe V de España desde que era duque de Anjou.
Dice así: “La primera ojeada, cuando hice una reverencia al rey de España al llegar, me sorprendió tanto que tuve necesidad de apelar a toda mi sangre fría para reponerme. No vislumbré rastro alguno del duque de Anjou, a quien tuve que buscar en su rostro adelgazado e irreconocible. Estaba encorvado, empequeñecido, la barbilla saliente, sus pies completamente rectos se cortaban al andar y las rodillas estaban a más de quince pulgadas una de otra; las palabras eran arrastradas, su aire tan necio, que quedé confundido. Una chaqueta sin dorado alguno, de un paño burdo moreno, no mejoraba su casa ni su presencia.”
Los médicos reales dictaminaban que el rey sufría “frenesí, melancolía, morbo, manía y melancolía hipocondriaca”. La salud del rey no se restauró ya que en un documento del 13 de julio de 1722 se nos revela que no había mudado de ropa desde hacía un año. Así, su traje caía hecho pedazos, y principalmente su pantalón descosido desde la cintura hasta abajo, cuando se sentaba se le veían los muslos. Al principio, un ayuda de cámara le remendaba el pantalón; se cansó de hacerlo. El rey hacía él mismo los remiendos con seda que pedía a las camareras.
El 17 de enero de 1724, Felipe V abdicó en su hijo Luis I, casado con Luisa Isabel de Francia, la mademoiselle de Montpensier, hija del regente de Francia, Felipe de Orleans, de quién decían que “tenía la inteligencia de un niño, la curiosidad de un adolescente y las pasiones de un hombre.”
Felipe de Anjou fue rey de España sin contestación unos 11 años y envejeció de manera horrible.
Vanitas vanitatis et omnia vanitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario