Luís Váez de Torres
Portugal, ¿? - 1613
Australia y Nueva Guinea están unidas por una plataforma submarina que asoma a la superficie en forma de numerosos arrecifes. Ese espacio se llama Estrecho de Torres en honor a su descubridor, el capitán Luís Váez de Torres, un magnífico navegante nacido en el Portugal que formaba parte de la Corona de España.
Razones de Estado hicieron que sus descubrimientos quedaran escondidos a los codiciosos ojos de los enemigos de España.
Váez fue piloto de la expedición puesta al mando de Pedro Fernández de Quirós, enviada por Felipe III en 1605 en busca de noticias de la Tierra Austral. La flota partió de Veracruz y, tras llegar a la isla de Espíritu Santo (hoy Vanautu), Quirós y su nave desaparecieron. Váez decidió poner rumbo a Manila con los dos barcos restantes, el San Pedro y el patache Los Tres Reyes Magos. Allí tuvo noticias de que Quirós había conseguido llegar a México y, tras informarle por carta, encaró la misión original de la expedición: llegar a Austrialia.
Su viaje, que inició el 26 de junio
de 1606, puede dividirse en tres partes. Primero navegó a través
del mar del Coral, entre las Nuevas Hébridas y las Luisiadas,
fondeando en la derrota de numerosas islas, entre ellas Táguila y
Sideia, además de Nueva Guinea y la bahía de Orangerie. Desde allí
hasta que dobló el llamado Cabo Falso, su navegación fue incierta,
puesto que los datos que suministró estaban sujetos al llamado
“error de compás”, la diferencia entre la aguja magnética y la
situación geográfica real. En un segundo sector, su viaje estuvo
ligado a la travesía por el golfo de Papúa, donde recaló en la
isla de Manubada y en la bahía Redscar, además de en Port Moresby.
Por último, dedicó treinta y cuatro días de navegación a explorar
el Estrecho de Torres, en donde descubrió el “placel” sumergido,
superficie llana cubierta de arena. Váez de Torres abandonó el
Estrecho saliendo de Malandanza, y de allí fue a Volcán Quemado,
luego al cabo de York y retornó por el oeste de Nueva Guinea, cuya
insularidad comprobó. Más tarde, se dirigió a las islas de las
Especias y finalmente puso fin a la aventura en Manila.
Para saber más: El viaje de Torres de Veracruz a Manila.Bret Hilder. Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid 1992
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