Una película británica basada en una famosa novela (famosa en Gran Bretaña, los estudiantes la leen en el instituto); yo prefiero las novelas de S. Scarrow, protagonizadas por el joven Cato. La vida en la legión en Britania está mejor explicada. Como otras veces, destripamos la película. Que bonito me ha quedado el plural mayestático.
Un principio muy prometedor. La recreación de un campamento romano en el lejano norte de Britania muy bien hecho.
Un joven comandante en su primer mando de una cohorte, no quiere fallar especialmente después de que todos sepan que su padre perdió una legión más allá del muro de Adriano.
Un ataque de los indígenas en la noche, muy bien resuelto. Al amanecer los defensores ven cómo los indígenas le cortan la cabeza al jefe de una patrulla romana que habían salido el día anterior. El joven comandante sale a rescatar a los otros prisioneros al frente de una compañía. Los movimientos de ataque y defensa son bastante respetuosos con la historia real. Quizá queda mal la forma de retirarse ante la carga de los carros britanos. El joven comandante recibe una herida muy fea pero consigue salvar a sus hombres. La cohorte es recompensada con una corona dorada y el comandante recibe un brazalete por su valor. Pero es licenciado con honores a causa de la herida que no termina de curar. Pasa el tiempo en Calella en el sur de Britania en casa del hermano de su padre.
Un circo pequeño en el sur de Britania, de madera, provisional, recien construido. Muy bien. Un combate cómico ( el bombero torero pero con hombres). Un combate a muerte entre un gladiador y un esclavo brigante. El esclavo decide no luchar. Pulgares hacia abajo. Nuestro protagonista se levanta a duras penas y pide clemencia para el esclavo. Los espectadores cambian de parecer y levantan los pulgares. El esclavo no consigue morir. Es comprado y regalado al protagonista. El esclavo le dice que como le ha salvado la vida ahora está en deuda con el romano y hará todo lo que desee. ¡Uhmm!, todo lo que desee. Empecemos por: “¿Has visto alguna vez a un hombre desnudo?”
Intercalado entre todo esto, suena redundante ya lo se, lo se; el protagonista tiene visiones oníricas sobre la pérdida de la legión de su padre y el destino del Águila.
Me están gustando mucho los detalles en segundo plano, lo que da el ambiente correcto a la película tanto los claroscuros que crean las velas, el humillo de estas, como la vajilla “normal” que se ve en las mesas y en la cocina. De pronto vemos un detalle de lujo como puede ser una silla muy decorada o un manto blanco, muy blanco con ribetes púrpura.
Si antes lo digo antes veo algo que no me gusta: ha llegado un viejo compañero del tío de nuestro protagonista acompañado de su hijo. Se ponen a cenar sentados a una mesa, como nosotros. Es una cena medio importante entre patricios romanos, aunque muy lejos de Roma. No deberían estar sentados en taburetes alrededor de una mesa. Eso sí, están comiendo con las manos pero no vemos ningún aguamanil ni ningún esclavo con toallas para limpiarse. Pequeño fallo.
Pasa algún tiempo y se oyen historias sobre un templo de los pictos donde se adora un águila de oro. Por supuesto nuestro protagonista sabe que es el águila de la legión de su padre y decide ir a rescatarla. Se pone en camino desde el sur de Britania hasta el muro de Adriano acompañado sólo por su esclavo. Cuando cruzan el Muro están en territorio hostil. Entran en un bosque, y tenemos un homenaje a Goya y sus desastres de la guerra
Lo he dicho en otro ocasión y lo repito ahora, el Señor de los Anillos hizo mucho daño. Adivinad, pues sí, maravillosos paisajes vistos a lo lejos mientras nuestros protagonistas cabalgan hacia el norte por las Tierras Altas. Y cabalgan y cabalgan y vemos bonitos paisajes del norte, al menos estos no están tomados desde el aire. No vamos a decir nada de las riendas y los estribos de los caballos, no nos vamos a poner puristas. Pero podían cuidar los detalles, cuando un caballo está abrevando o lo lleva a pie su jinete NO deberían verse los estribos porque NO existían en esa época.
Una muy buena escaramuza con merodeadores, cuatro con dos. Muy bien resuelta, incluso el detalle final sin concesiones a lo políticamente correcto.
Más paisajes bonitos, más montañas y más paseos por las cimas, por fin vemos algo de nieve; recordad que estamos en el norte de Escocia, donde hace un frio del carajo todo el año.
Por fin han encontrado a los hombres azules, el esclavo se hace pasar por el dueño del romano, ya que su padre era un jefe de aldea con más de 50 hombres de lanza a sus órdenes. Ahora me recuerda a “Un hombre llamado caballo” cuando los indios lo capturan y lo llevan amarrado detrás de sus caballos al galope; estos van andando pero la imagen es la misma. Ayuda que los hombres azules lleven el pelo cortado a lo mohicano. A alguien se le ha ido la olla, son putos indios, las mujeres trabajando al lado del lago (en América sería el río) los niños dejan de jugar para mirar al extraño hombre blanco que traen los guerreros. Que no tienen armas de hierro sino de piedra y hueso.
Después de todas las vueltas que han dado por ahí, por fin han llegado al sitio correcto, aquí guardan el Águila tomado a la legión. Pasan varios días en compañía de los mohicanos, digo de los pictos, se realiza una fiesta de beber y endrogarse todos los hombres juntos. Nuestros protagonistas roban el Águila se dan a la fuga. A la mañana siguiente los mohi...los pictos se levantan sin resaca ni ná de na y se lanzan a la persecución. Los heroes a caballo y los pictos a pie, a ver quien gana.
Pues sí, los mohicanos. Me niego a llamarlos de otra manera. Los mohicanos alcanzan y adelantan a los protas, que han perdido los caballos.
El momento álgido llega cuando aparecen algunos supervivientes de la legión perdida 25 años antes.
Una peli bien hecha, con muy pocos errores históricos. Un poco lenta y con poca acción a lo yanqui. Se deja ver
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