A unos 60 kms de la actual ciudad de Bailén tuvo lugar una batalla muy famosa.
Bueno, muy famosa, no, simplemente conocida.
Corre el año 208 a.C las tropas romanas y cartaginesas están envueltas en un guerra global entre las dos superpotencias de la época, la conocida como Segunda Guerra Púnica. Tras diez años de conflicto, que se inició tras la destrucción de la levantisca ciudad de Sagunto por los soldados de Anibal en el 219 a.C., Roma decide plantar cara a Cartago en la península ibérica. Dos grandes generales se encuentran en el campo de batalla. Al frente de las tropas imperiales, se encuentra Publio Cornelio Escipión, “el africano”, el único militar romano que consiguió derrotar a Aníbal. Al frente de los cartagineses, Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal y que tenía como misión asegurar los suministros de las tropas africanas que debían tomar Italia.
El encuentro entre ambos ejércitos se produjo en la zona alta del Guadalquivir, un enclave importante para dominar el sur de Hispania, junto a un pueblo llamado Baecula. El general romano sabe que la tropa cartaginesa está dispersada en tres ejércitos. Sabe que no puede perder tiempo y lanza un ataque sorpresa al encontrar el campamento cartaginés. Asdrúbal cae en la trampa de Escipión, que hace creer al cartaginés que su ataque es una simple escaramuza, escondiendo a la mayor parte de sus soldados en la retaguardia y consiguiendo rodear a la tropa norteafricana.
La victoria fue para las legiones itálicas que, sin embargo, permitieron que una parte del ejército cartaginés, con sus temibles elefantes, huyeran del campo de batalla y consiguieran cruzar los Pirineos para unirse a los ejércitos de Aníbal en Italia.
Lo más importante para Roma fue que consiguió consolidar su poder en Hispania, al pasarse muchas tribus hispánicas a su lado como aliadas.
La otra batalla, la famosa, famosa, famosa......
Fue un 19 de julio de 1808, por cierto, hace un par de años las juventudes de un conocido partido político se cubrieron de gloria cuando pidieron al Ayuntamiento que cambiara el nombre del Instituto de Educación Secundaria, 19 de julio, porque era un nombre que ensalzaba a los franquistas.
La batalla se inició de noche, unos 9.000 franceses bajo el mando de Dupont se encontraron con 13.000 españoles al mando del general Castaños. Los dos bandos contaban con poca información sobre la tropa y movimientos del enemigo. Se inició de noche como hemos dicho y encontrándose por sorpresa ambos bandos, contó con la amenaza de tropas auxiliares que llegaron tarde y terminó con un calor sofocante que terminó de derretir al ejército francés, que carecía de agua. Al final se enfrentaron unos 20.000 hombres por cada bando, las cifras de bajas son importantes, hubo más de 17.500 prisioneros, 450 muertos y 1.500 heridos entre los galos (ya que los refuerzos franceses llegaron cuando Dupont se había rendido). Castaño,por su parte, informó de 189 muertos y 567 heridos.
Lo realmente importante fue la repercusión de la victoria hispana. Por toda Europa corrió la noticia de la derrota de un ejército imperial napoleónico, por primera vez, en campo abierto, lo que supuso un aire de libertad y esperanza para muchos países amenazados por los franceses.
“Cuando Napoleón se enteró del desastre de Bailén derramó lágrimas de sangre sobre sus águilas humilladas, sobre el honor de las armas francesas ultrajadas..... ¿por quién?. Por los que, en la política de Napoleón eran tratados como pelotones de proletarios insurrectos....” Memorias del general francés Foy.
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