Acabada la Guerra de Granada los españoles sufrieron la locura americana. Todo se hizo mito y ahora el mito se llama América. ¡América....!. En la documentación de la época se observa cómo el incentivo americano mantuvo en vilo a casi toda la sociedad española. Y ello de tal manera que adivinamos a muchos de esos alucinados, los cuales nos asombran no sólo por su porfía, sino también por lo que supieron o quisieron saber de la geografía. Entre aquellos alucinados, faltos de medios o de artes, destacó Lorenzo Ferrer Maldonado, capitán de Guadix, largo currículo guerrero con su gente de Guadix, tras la guerra morisca de 1568-70 a más de 1.200 metros de altura se echó a los mares. Y a la vuelta dijo haber descubierto el Paso de Anián, que servía para comunicar, por el norte, el Atlántico con el Pacífico.
Lorenzo Ferrer Maldonado debió nacer alrededor de 1550, su familia procedía de Berja, en la Baja Alpujarra costera. El joven Lorenzo nació en Guadix, zona de atracción para repobladores cristianos de las zonas moras. De Lorenzo sabemos que tomó parte en las guerras moriscas de 1568-70, sabemos que su familia era amiga de la de D. Pedro de Mendoza, Adelantado del Río de la Plata y primer fundador de Buenos Aires. Más motivos para atraer al mito de la Conquista.
Sabemos, por diversos pleitos judiciales, que la familia había venido a menos. La madre, Inés Maldonado, había malvendido diversas fincas a la muerte del padre, y los hijos intentaron la anulación de aquellas ventas. Esto obligó a Lorenzo a tomar el oficio de Jurado en el Ayuntamiento de Guadix desde 1584. No todo son sinsabores, después de muchos años pleiteando en la Corte, consigue le sea entregados unos bienes reclamados desde la guerra de 1568-70. Lorenzo aparece casado con una dama de Granada, en septiembre de1587 estaba todavía en Guadix, de donde desaparecerá, no volviendo hasta febrero de 1589. En este periodo se fija su discutido y misterioso viaje.
Dejémoslo, de momento, entre tinieblas, y sigamos con nuestro protagonista. Al volver a Guadix trae dinero pues paga, ¡con largueza!, todas las deudas contraídas por su esposa en materia de ajuar doméstico. Tiene esclavos y establecen casa propia en Guadix. Pero la dicha dura poco. En febrero de 1590 vende sus esclavos, quizá había agotado sus caudales. Además da poder a un procurador para que reclame sus salarios del tiempo que fue capitán de las naves “La Esperanza” y la “Santa Ana” en el viaje de descubrimiento. Se ausenta de Guadix hasta noviembre de 1595, aunque ahora se declara ser vecino de Granada. Gonzalo Fernández de Navarrete nos dice que Lorenzo murió en Madrid el 12 de enero de 1625 sin haber vuelto a Guadix.
Nuestro personaje ha pasado a la historia, quizá con minúsculas, gracias a la relación que dejó escrita de su descubrimiento y paso del Atlántico al Pacífico por el Norte. Hazaña, imaginada o inventada, fabulosa donde las halla que no ha podido ser comprobada y siempre movió a la incredulidad, pero también a la duda. Nos dejó escrita la famosa relación del Paso de Anián, con grandes pinceladas de realismo y con otras tantas de fantasía. Nos cuenta su navegar desde Lisboa (parte de la Corona de Felipe II) al Pacífico, por el NO, a través del famoso Paso, que tenía 15 leguas de largura. “y donde tropezaron con un barco de 800 toneladas, en la misma boca del estrecho, contra el que pelearon, y con el que posteriormente intercambiaron productos semejantes a los de China.... ¡ Y para entenderse con ellos, no tuvieron más remedio, de echar mano del latín!....”
¿Qué sucedió en aquellas naves, “La Esperanza”, del maestro Juan de Llanos, y la “Santa Ana”, del maestre Miguel de Alvear, ambas de Sevilla?.... Nunca lo sabremos con seguridad. Quizá lo sea, gracias o peor, por culpa, de su imaginación, apoyada indudablemente por su gran capacidad de lector, la que le permitió, al margen del viaje, escribir obras tan agudas como el Memorial que presentó al rey, ofreciendo “La aguja fija, y el modo de hallar la longitud en el mar”; por la que se le ofrecieron 3.000 ducados de renta.
¿Después?... En abril del año 1600, por boca de su cuñado, intenta embarcar en una nueva aventura al Marqués de Estepa, a quién deslumbra con sus relatos, con sus documentos escritos en una hermosa y extraña letra antigua, porque Lorenzo tenía una muy bella caligrafía. Al Marqués de Estepa presenta ciertos títulos..... Pero la Justicia granadita interviene y aborta la aventura, a la vez que le procesa por falsedad en los títulos. Los testigos ponen de relieve que el capitán guadijeño es un hombre de gran ingenio, autor de libros curiosos , que sabía muchas lenguas, amén de ser latino y astrólogo. No pudo ser hallado por la Justicia. En 1615 se sabe de él en la Corte, intentando que el Rey sobresea el proceso de Granada. Y, efectivamente, una carta al Presidente de la Audiencia de Granada se lo ordena, aunque su momento de gloria ya ha pasado. Morirá en 1625 en Madrid, pobre y abandonado.
En el siglo XVIII aún había dudas de si Lorenzo había o no había descubierto el Paso de Anián. Así el Virrey de Nueva España volvió a enviar al marino Francisco Eliza con órdenes de asegurar Nutka. En el año 1790, entraba éste en dicho puerto, que puso en orden defensivo, e inmediatamente mandó al teniente de navío Salvador Hidalgo a reconocer la costa hasta los 60º N, donde pudo observar los establecimientos rusos en Alaska. Mientras tanto, en la Academia de Ciencias de Paris, un tal Buache leía una Memoria, en la que afirmaba que ya en el año 1588, Lorenzo Ferrer Maldonado había descubierto el paso del Noroeste.
Como consecuencia de todo esto, Alejandro Malaspina, que estaba efectuando un viaje científico por Sudamérica y el Pacífico, recibió órdenes para comprobar la existencia de ese Paso en 1791. Pero no lo halló. Y los barcos iniciaron el regreso efectuando un detenido examen de la costa, por si el paso estaba camuflado. Pero no lo halló.
Fuentes: Fernández de Navarrete, Martín: Biblioteca Marítima Española
Morales Padrón, Francisco: Historia de América
Asenjo Sedano, Carlos: Revista de Historia Naval nº 22
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